Era un cabritillo que fue salvado con apenas días de vida, de ser enviado al matadero.

Procede de una granja de quesos en Murcia, y al ser macho, y no tener ningún tipo de rentabilidad para la industria y sus bolsillos, su destino era directamente morir para carne.

Era un bebé adorable y simpático, familiar, al que le encantaba echarse la siesta al solecito después de tomar el bibe, mordisquearle las orejitas a su hermana mayor Julia, y hacerse pipí en las camitas de los perros.

A los días llegó Aitor, y fue una unión increíble, convirtiéndose en hermanos inseparables, que crecieron juntos, hicieron travesuras, y siguen haciéndolas