El 25 de octubre llegaban al santuario 5 peques que se salvaron de morir, de una forma u otra.

Fueron abandonadas en el aeropuerto de Barajas porque el propietario de la granja de engorde a la que iban a ir les rechazó.

Su destino, desde que nacieron en una incubadora, era morir a los 45 días de vida, edad en la que la selección genética ha logrado crear pollitos que en vez de ser bebés con ese tiempo, llegan a un tamaño y peso "ideal" para carne.

También pudieron morir de hipotermia o neumonía en el aeropuerto cuando les dejaron a su suerte, y desgraciadamente muchas de ellas lo hicieron, incluso después de ser rescatadas, están tan débiles que muchas compañeras luchan sin descanso porque salgan adelante.

Superaron esa etapa crítica, pero ahora comienza lo que será una vida que el ser humano ha condenado a tener problemas en sus patitas por el aumento excesivo y rápido de peso, problemas de corazón, en sus pulmones, con una esperanza no demasiado longeva, por esto mismo.

Nosotras vamos a intentar todo lo posible porque crezcan con un peso acorde a sus necesidades y organismo, y puedan en unos meses conocer el paraíso que les está esperando en Soria 

Hoy son muy felices disfrutando del sol, la tierra, peleándose por ramitas pensando que son insectos...